jueves, 28 de octubre de 2010

BON JOVI REMASTERED EDITION 2010




BON JOVI DISCOGRAFIA REMASTERIZADA


Los "remasterizados"


Ahora se ha convertido en una moda encontrar colecciones completas de discos compactos con la leyenda "Remasterized" o "Remastered" (Remasterizados, pues). Ello no es nuevo, dado que desde mediados de la década de los años 90, la leyenda "Remasterized" ha estado permeando en los CD, con lo que se supone una nueva calidad de sonido y disfrute del contenido del disco.

Sin embargo, últimamente se ha vivido una explosión de CD "Remasterizados" que le llevan a los consumidores (yo entre ellos) a realizar nuevamente compras de algo que ya se había adquirido con anterioridad (en la mayor parte de los casos, pues). En lo que a mi corresponde, he adquirido ya en tres ocasiones 6 de los CD de uno de mis grupos favoritos, Magnum, otras dos ocasiones los CD de Iron Maiden, otras dos los de Kiss, algunos otros de Queen, y algunos otros más que han ido apareciendo en el mercado.

La pregunta que sale a la luz es, "¿vale la pena?". Mi respuesta corta, en la mayoría de los casos, es Sí. No obstante, ello dependerá del gusto que se tenga por el grupo musical en cuestion, o de la calidad de oído musical con que se cuente. En general, los CD "Remasterizados" tienen mejoras importantes en la calidad del sonido, donde las tonalidades se escuchan más profundas, los ruidos de fondo se reducen o eliminan, y el sonido se mejora.

No obstante, en otros casos el proceso de "remaster" sólo se centra en subir el volumen del CD para dar el efecto de "Remaster", aunque es posible que el sonido se distorsione tan sólo por vender la idea del famoso remasterizado.

Para comprender qué es el remasterizado, hay que ver qué es el master. El Master es la cinta o medio final que se utilizará para hacer copias para su venta o distribución de determinadas grabaciones. El master puede ser una copia simple, vil y llana de la cinta donde se hizo la grabación original, o una que pase por diversos pulimentos y técnicas de grabación para mejorar su calidad sonora. Por muchos años, los "master" se hicieron en cintas (aún hasta la fecha) analógicas que agregaban ruidos y problemas de azimut entre otros detalles que reducían la calidad sonora de las grabaciones.

Sin embargo, la fidelidad de los medios y reproductores de los años ochenta y anteriores no exigía procesos detenidos de "masterización", por lo que la calidad del sonido no era tan exigente. Con la aparición de los medios digitales a finales de la década de los años setenta, la exigencia por la calidad del sonido fue aumentando al tiempo que los medios digitales se fueron extendiendo.

Técnicamente, cualquier CD es una "remasterización" de las grabaciones originales, en el sentido estricto de la palabra (es decir, obtener un medio para hacer la venta o distribución de una grabación). No obstante, en muchos casos, semejante remasterización no traía consigo más mejora que aprovechar las capacidades digitales de un CD y, con ello, aumentar la posibilidad de un mayor volumen en las grabaciones, o la reducción intrínseca de ruidos y defectos provenientes de los medios analógicos.

Sin embargo, conforme avanzan los tiempos, se ha sobrevenido un cambio conceptual en la forma en que una grabación debe sonar en un medio digital. Ello, para quienes somos audiófilos, tiene un profundo impacto en el disfrute de grabaciones de las primeras camadas de CD que inundaron al mercado y que se forman en las colecciones de la mayor cantidad de personas en la actualidad (incluyéndome).

Así, la desvirtualización de la palabra "remasterizado" ha traído una oleada de CD de la vieja guardia donde la finalidad es volver a vender (y, por ende, forzar a volver a comprar) CD que ya habían hecho su aparición previamente (en algunos casos con el gancho de material agregado para inducir aún más a la recompra). La desvirtualización se refiere a ofrecer material que ya de antemano estaba remasterizado, pero que, en realidad, se refiere a un proceso de reajuste y reingeniería (en algunos casos) del sonido para obtener una calidad más cercana a las exigencias sónicas de nuestros días.

En fin, la adquisición de música remasterizada será responsabilidad de cada quién, y de acuerdo con la exigencia auditiva de cada persona. En mi caso, tengo oídos muy exigentes (sigo sin saber por qué dicen "Oídos de tísico", cuando un tísico es una persona con tisis, lo cual refiere a una patología degradante) y sí me he dado a la tarea de revestir mi colección musical con nuevas versiones "remasterizadas" de discos que considero favoritos. En algunos casos vale la pena, en otros fue un desperdicio de dinero.

Lo que sí puedo decir es que las versiones remasterizadas de los discos de Magnum, así como la de "A Night At The Opera" y "Greatest Hits" de Queen se llevan las palmas. ¡Es sorprendente el trabajo de reingeniería que puede lograrse con una grabación como la de "A Night At The Opera"! ¡Nos seguimos leyendo!

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